Todos parecen reconocer el adoctrinamiento cuando lo que se predica no coincide con las preferencias propias, pero cuando sí coincide aplauden a rabiar y lo llaman, al adoctrinador, gran orador. ¿Cuántos hay que repudien la idea misma de adoctrinar? Muy pocos. Vivimos en la era del adoctrinamiento, tan es así que ha permeado hasta tal punto la doctrina hegemónica, que ya no somos capaces de discernir entre la idea inculcada y la propia, si alcanzamos a tenerla. De entre todas las doctrinas la más aplaudida siempre será la más peligrosa, pues quienes logran instalarla en el mayor número de mentes son, sin lugar a dudas, quienes ostentan el poder. La libertad no consiste en abrazar la doctrina correcta sino en desasirse de todas.
La libertad no consiste en abrazar la doctrina adecuada sino en desasirse de todas ellas
sábado, 8 de septiembre de 2018
REPUDIO DEL ADOCTRINAMIENTO
Todos parecen reconocer el adoctrinamiento cuando lo que se predica no coincide con las preferencias propias, pero cuando sí coincide aplauden a rabiar y lo llaman, al adoctrinador, gran orador. ¿Cuántos hay que repudien la idea misma de adoctrinar? Muy pocos. Vivimos en la era del adoctrinamiento, tan es así que ha permeado hasta tal punto la doctrina hegemónica, que ya no somos capaces de discernir entre la idea inculcada y la propia, si alcanzamos a tenerla. De entre todas las doctrinas la más aplaudida siempre será la más peligrosa, pues quienes logran instalarla en el mayor número de mentes son, sin lugar a dudas, quienes ostentan el poder. La libertad no consiste en abrazar la doctrina correcta sino en desasirse de todas.
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