La libertad no consiste en abrazar la doctrina adecuada sino en desasirse de todas ellas

sábado, 31 de marzo de 2018

COMODIDAD DE ACEPTAR DOGMAS



¡Los dogmas son tan cómodos! Te recuestas en ellos como en un sofá y luego a ver quién te saca de ahí. La mayoría no busca la verdad sino un dogma con prestigio para dormir la siesta más fácil y prolongadamente. #notelevantestodavía








jueves, 22 de marzo de 2018

LA CLASE POLÍTICA




La ominosa clase política se divide en mentirosos y más mentirosos. Difícil elección. Buscar la verdad es huir en dirección opuesta: a la política profesional y a la de medio pelo –el activismo, tan subvencionado– y encontrar realidades entre tú, yo, nosotros, vosotros, lejos de «ellos», bien lejos. 







Para combatir el reinado del caos vigente es necesario elaborar una base ética, con unos pocos valores explícitos (libres de cadenas ideológicas) sabemos cuáles son: basta escrutarnos a fondo la conciencia, quedarán descartados de este ejercicio los que no la tengan y ellos mismos caminarán hacia sus iguales, esos «ellos» tan ominosos.






martes, 13 de marzo de 2018

EL BOBO FEROZ



–¡Ven acá pa acá, corderaaaaa! –le dijo el bobo feroz.

Proliferaron y fueron manada. Luego te los encuentras en sanfermines y en manifestaciones históricas...







PREPOSICIÓN NECESARIA

Cuando una preposición marca una gran diferencia:

★ imaginación al poder (1968)
★ imaginación contra el poder (distopía)

–Papá ¿Para qué sirve la distopía?

ACTIVITIS

ACTIVITIS: enfermedad degenerativa que se contrae con el trasiego continuado de pancartas en manifestaciones masivas, lecturas compulsivas de manifiestos con megáfonos, sentadas, distribución de panfletos, pegada de carteles y demás actividades concernientes al ciudadano contestatario.



Cursa con jerga inclusiva, reiteración de slogans, jactancia en los gestos, petulancia discursiva y demás cualidades que denoten la aparente superioridad moral del sujeto padeciente.



Tratamiento: se recomienda al padeciente el aislamiento en habitación hermética donde reine el silencio y la penumbra, sin acceso a distracción alguna, por un mínimo de tres horas diarias durante un semestre. Si los síntomas persisten podrá prolongarse el aislamiento por tiempo indefinido.









viernes, 9 de marzo de 2018

REFLEXIONES SOBRE EL 8M

La «huelga» de ayer, 8M, no ha supuesto un cese significativo en la producción y el consumo. Sí han resultado, según cuentan, un éxito rotundo las manifestaciones. ¿Pero cuál era el objetivo? Antes de responder a hay que plantear otra más básica ¿Quiénes la convocaron? Se dirá que las organizaciones feministas, se dirá que los sindicatos presionados por ellas. Lo cierto es que quienes han alentado y promocionado el 8M global no conocen fronteras. Si las fronteras son escollos que afectan a las personas pero no a las mercancías ni al dinero, quienes manejan las mercancías y el dinero son los más interesados en una uniformidad de ideario, de costumbres, de culturas. Pero ¿Qué es “ideario" sino propaganda de los medios? ¿Qué son “costumbres” sino hábitos de consumo? ¿Qué son “culturas” sino humanos pintorescos que transitan por el desarraigo?



Es sabido (y quienes quieran utilizar la información en la red para contrastar u objetar la versión impuesta por el discurso hegemónico, pueden constatarlo) que las denominadas organizaciones no gubernamentales son un entramado que sirve a los intereses de quienes las financian. Contrariamente a lo que predican son financiadas por los gobiernos, también por los supraestados y por filántropos millonarios de oscura biografía. Conforman una tupida red de sucursales en todas partes. Reclutan para el activismo a un puñado de inquietos entre los que diseminan planes estratégicos de caridad envenenada, bien envuelta en ideales redentores. Esas organizaciones constituyen el sostén al proyecto globalizador en curso. Son ellas las que sirven de base operativa a movilizaciones ciudadanas. De ellas surgen un ramillete de activistas que lideran las causas justicieras de la modernidad, disciplinando a la grey que reclama derechos. Para ello cuentan con la inestimable colaboración de los medios de masas.



Resulta obvio señalar cómo las corporaciones de la comunicación han prestado sus altavoces estridentes a la promoción de esta «huelga» que, aliviada en la efectiva parada de la producción, es jaleada en la vertiente colorista de baño de masas arrobadas por la emocionalidad. Los noticieros y magazines de las televisiones han prestado gran parte del tiempo de emisión al morado y su glosario de quejas.


¿Pero cuál era el objetivo? No se trataba de parar la producción más que de modo simbólico, ni el consumo hoy tan ligado a ella. Se trataba de construir un relato global, mediático sobre todo pero con una performance participativa a pie de calle, para que no se diga. Por el precio de un paseo, un baño de emocionada multitud y unas cañas compartidas en las metas volantes o en la del final, siéntase, señora, luchadora por sus derechos, como es prescrito por los catecismos del bienpiensadista en boga. Lo han logrado, hay que decirlo.


El éxito, pues se han cumplido los objetivos prefijados, radica en que una masa amorfa demande exactamente lo que al sistema interesa implementar, más leyes represoras, porque hay que defender a las damas de la maléfica hidra del patriarcado, residente en cada prenda masculina impregnada de testosterona que circule por el viario.


También hay que consolidar el mercadeo laboral para las féminas, mano de obra subalterna dedicada a criar hijos ajenos, que ellas, por escaso nivel de renta, no pueden permitirse parir. Limpiadoras de las viviendas y los despachos de las que rompen el techo de cristal. Cuidadoras que bregan con la molesta e improductiva tercera edad. Hay que dinamizar, ya se sabe, la economía, la emprendeduría que supone autoexplotación, el trasiego de dinero que tributa al Estado. Porque el salario las libera, mientras el varón común las sojuzga y hay que ponerlas a salvo de él, no sea que se equivoquen y los vayan a querer siguiendo así esa tan despreciable costumbre del pasado que se llamaba amor.


Mujeres y amor ya no casarán en ningún contexto, de eso trata el 8M, los tiempos que lo precedieron y los aciagos tiempos que vendrán. Ni amarán al varón, sino que se defenderán de él, le azuzarán los perros de la sospecha hasta en el decir. Aunque acaso tratarán de servirse de él, proveedor de semen primero y de pensiones después, mediante las leyes que el Estado les otorga al efecto, que se consolidan y se amplían. Ni por lo general tendrán hijos, ese engorro para la predisponibilidad laboral, que supone además tiempo restado al ocio hedonista que tanto las divierte. De ese modo, empoderadas por el salario, distraídas por el consumo y protegidas por el Estado, habrán dado muerte de facto al macho que es, a decir de las voces autorizadas, tan insoportablemente opresor.




Somos tan dúctiles a la manipulación que hemos olvidado lo esencial, que los cuidados son tarea del amor, ese que no es rentable al Estado y al Mercado y que por eso ambos condenan. La interdependencia entre humanos constituye las bases de nuestra especie, el tejido que aglutina al sujeto pueblo en lucha contra la opresión. En el pasado ese tejido aún era sostén de huelgas, de las de verdad, en el momento presente nada de eso queda y el 8M es una vuelta de tuerca más. Han logrado quebrarnos no ya la protesta sino la convivencia. Divididos y enfrentados en lugar de mutualidad fraternal y amorosa nos despedazamos en una guerra de sexos que no precisa de bombas para destruirnos sino de altavoces potentes, de infatigable doctrina, de educación obligatoria, de ingenieros sociales y de leyes que otorgan a la mitad de la población la posibilidad de chantejear a la otra media. Leyes que ya existían en el Estado Español pero que serán ampliadas y endurecidas. Los países que han seguido la operación 8M serán los próximos en obtener semejante artefacto legal, que devendrá letal.


Primero nos cooptaron las causas, después las maneras en las que se desenvolvía la rebelión, ahora que ya nos colonizaron el pensamiento ni siquiera vemos la opresión, «...y a la mentira le llamarán verdad», dijo el profético autor, y a la tiranía le llaman derechos, se podría agregar.