La libertad no consiste en abrazar la doctrina adecuada sino en desasirse de todas ellas

miércoles, 18 de julio de 2018

REDEFINICIONES

patética: dícese de la mujer a la que le gusta el paté y la ética.

pansexual: dícese de aquellos a quienes le gusta el sexo con pan (también de los que gustan del pan de higo)












martes, 17 de julio de 2018

DESPERTAR DE UNA QUIMERA



Sucede que un día descubres que lo bello no es siempre verdadero y que lo extraordinariamente bello suele ser falaz. Ese día aprendes que en la travesía del desierto las  exultantes tentacione no son, es obvio, sino espejismos con que la mente ensaya un sueño consolador. En ese entonces adviertes que las realidades acaban imponiéndose por más que intentes eludirlas y que aceptarlas no te debilitan, como, erróneamente, habías creído, sino que te fortalecen y te hacen dueña de tí misma. Nace así una sed de veracidades constatables que conviertes en tu motor de vida y que prevalece al anhelo de belleza y perfección en el que vanamente te habías enredado. La fealdad de un rostro ya no te espanta, siempre preferirás su desnudez   a la máscara lábil del espejismo. Desde ese día, esa noche, no precisas cuentos para dormir porque tu vida ya te pertenece,  el anhelo de verdad te conduce y no temes las escarpadas cimas ni los pozos  anegados. No atiendes cantos de sirena ni proyectas oasis en el horizonte. No precisas cuentos para dormir porque prefieres estar despierta, compruebas, sí,  que la vigilia no te vence, te refuerza.






jueves, 12 de julio de 2018

MULTAS POR PIROPEAR



Pues qué queréis que os diga, yo eso de piropear lo entiendo, y no porque me crea irresistible –que también– sino porque la contemplación de la belleza incita a la exclamación ¿o es que no has visto alguna vez un paisaje y has soltado eso de: ¡menudo par de montes bien puestos ahí en el horizonte!? o ¡Pedazo delta, pedazo delta, ay, madre! o ¡vaya cañon del Colorado!, cosas así, qué se yo. Somos humanos. Claro que si eres hombre, no. No que no seas humano sino que no puedes piropear. A un paisaje vale, a una mujer, no. Bueno, puedes pero te multan, que lo sepas. Si te gustan los deportes de riesgo tú verás pero de 700 pavos no baja la broma. Que digo yo que ¿cómo lo harán para multar? Muchos municipales patrullando las aceras ¿no? Ven a un obrero cavando una zanja y esperan para ver si suelta el pico, silba a la transeúnte, y entonces ¡zas! sacan tarjeta roja y pitan como un árbitro, boleto y 10% de rebaja si pagas en el acto. Sólo podrás si acabas de cobrar el mes y has pasado por el cajero. No quiero pensar cómo vas a pasar el resto del mes: 30 días sin un puto euro, ¡que más te hubiera valido clavarte el pico en el pie! así por lo menos te pillas una baja por accidente laboral. No mortal. Por esta vez. 










domingo, 8 de julio de 2018

LENGUAJE POLÍTICAMENTE CORRECTO



El lenguaje políticamente correcto es una forma de eludir la realidad. En mi barrio de niña había una tienda de comestibles regentada por una señora que apenas oía, todos conocían aquel negocio como "la tienda de la sorda" lo que no ofendía absolutamente a nadie, tampoco a la "disminuida sensorial", la realidad cotidiana constataba los chillidos y gestos que amenizaban aquel local. ¿Desde cuándo hemos dejado de asumir la realidad y de aceptarnos a nosotros mismos?








LIBERTAD DE EXPRESIÓN



Demandamos libertad de expresión aunque a menudo no nos concedemos a nosotros mismos la libertad de pensar lo que decimos. De este modo el uso que hacemos de esa “libertad de expresión” lejos de ser un sano ejercicio de la argumentación deviene en una escalada de insultos o desprecio hacia el otro. Con todo, eso no pasaría de ser una antiestética reacción si no fuera porque lo ominoso es creernos que esas invectivas nacen genuinas desde nosotros mismos, cuando sucede que, la mayoria de las veces,  nos limitamos a repetir las consignas que nos son suministradas. Podríamos preguntar a Goebels o a Mcluhan, o a sus miles de discípulos en los medios o en las redes. Podríamos quizá preguntar a Girad y su teoría del impulso mimético, pero sobre todo deberíamos preguntarnos a nosotros mismos por qué desistimos tan frecuentemente de reflexionar.