La libertad emocional es siempre un difícil equilibrio entre los apegos sanos y los perniciosos. Querer es un alto riesgo puesto que ningún vínculo humano está garantizado, ni siquiera, con ser el tenido por el más fuerte, el de los hijos, lo está. No querer es una muerte anticipada. Ante este dilema a veces optamos por la huida, la coraza, el autoengaño, y sucede que, pasado un tiempo, advertimos que sólo asumiendo el dolor como parte de la vida podemos establecer una libertad emocional siempre en precario equilibrio, todo está por hacer pero no asumir esa tarea es alimentar para mañana un sufrimiento estéril.
La libertad no consiste en abrazar la doctrina adecuada sino en desasirse de todas ellas
sábado, 29 de septiembre de 2018
LIBERTAD EMOCIONAL
La libertad emocional es siempre un difícil equilibrio entre los apegos sanos y los perniciosos. Querer es un alto riesgo puesto que ningún vínculo humano está garantizado, ni siquiera, con ser el tenido por el más fuerte, el de los hijos, lo está. No querer es una muerte anticipada. Ante este dilema a veces optamos por la huida, la coraza, el autoengaño, y sucede que, pasado un tiempo, advertimos que sólo asumiendo el dolor como parte de la vida podemos establecer una libertad emocional siempre en precario equilibrio, todo está por hacer pero no asumir esa tarea es alimentar para mañana un sufrimiento estéril.
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