Si adoras ídolos y se te caen haciéndose añicos ¿qué haces con los pedazos? “Lo sensato es no adorar ídolos”, me dijo el pequeño saltamontes, que aun siendo insecto hablaba con una voz distinta a la de Gregorio Samsa. Vivía, según me indicó, en una colonia de comunes, aunque no es nada común que los insectos hablen, lo sé, y que tampoco es razón para adorarle.
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