La libertad no consiste en abrazar la doctrina adecuada sino en desasirse de todas ellas

martes, 25 de febrero de 2020

CONMEMORACIÓN DEL HOLOCAUSTO






No sólo hay que recordar el Holocausto en sí, un horror inconmensurable, sino por qué fue posible, y esto último es lo más relevante, de nada sirve reiterar maquinalmente la liturgia de una fecha con gesto compungido si no se conocen la sucesión de hechos que condujeron a semejante industria de muerte y desolación. Hay que saber cómo no fue producto de tan sólo un considerable puñado de asesinos sino también de muchos burócratas eficientes, obedientes ciudadanos, exacerbados patriotas, arribistas de medio pelo y un largo etcétera hasta llegar a la complicidad que quizá  más duela: la del silencio de los buenos. 


Ya que es imposible dar marcha atrás en la historia, dado que sucedió y no hay remedio, que al menos extraigamos una lección imperecedera, aprendamos a no callar ante la injusticia, a desobedecer cuando las órdenes atenten contra nuestra conciencia y a no consentir, en definitiva, todo aquello que haga del mal una banalidad. 










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