La libertad no consiste en abrazar la doctrina adecuada sino en desasirse de todas ellas

lunes, 24 de junio de 2019

DIÁLOGO DE BESUGOS





–Le veo morado, ¿Es grave, doctor Sánchez?

+¡Quítese las gafas y apague el canuto!

–Sin las gafas pierdo la perspectiva y degenero

+Quiero que aprecie mi after shave con nanoparticulas hialurónicas, estoy barajando presentar mi candidatura a mister universo

–Bien pensado, como máster del universo no necesitará respaldos

+No se confunda, lo mío no es un máster sino un doctorado, todavía hay clases

–Ah, si es porque no se ha acabado el curso…

+No puede acabar hasta que me invistan

–Si le invitan, tómese una a mi salud y a la suya...sigo viéndole morado, necesitará una píldora, se la doro, vuelta y vuelta ¿O prefiere un supositorio?

+Supone mal, no estoy enfermo, colóquese detrás del espejo, no me interesan sus suposiciones, debo contemplarme

–Me colocaría pero he apagado el canuto, mis posiciones,   aburridas, como le tengo dicho a la Mari, que no innovamos, chata…

+No me hable de oposiciones, los pactos prosperan, están a mi disposición

–Pues eso, haga una deposición, aunque sea transitoria…

–...









FEMINAZIS




Si rebates a una femilila te llama facha, pero si la llamas feminazi te manda leer. Y vas y lees, sobre el nazismo, pongamos por caso,  y así es como te rearfirmas. Pero mientras tanto la feminazi se ha largao a hacer una performance o a cumplir con su agenda de linchamientos. Así que tienes que seguir leyendo y así es cómo llegas a la S de Scum o a una tal Workin. Pero si no estás para mucha complicación tiras de titular de prensa y te das de frente con Carmena o Carmen Calvo, nuestro producto interior bruto. Que aquí importar ideas importamos (sobre todo las malas) pero si se trata de mala idea lo petamos en autarquía. También tenemos a Carmen Montón (no digo de qué es el montón, lo dejo a la libre imaginación del informado lector) ¿Y Adriana Lastra o era Lastre? Vamos a dejarlo en tablas: Lastr@, o le añadimos una incógnita Lastrx.  

Y con esto y un bizcocho ...me aprieta la talla treinta y ocho. Rompan filas. ¡Heil, Calvo!










EL AGUA Y EL ACEITE






Las opiniones vertidas en redes sobre el caso #manada están enconadas en dos polos (¡Qué sorpresa!). En uno (polo A) predomina la "fe" y la emocionalidad exacerbada con expresiones que oscilan entre el "hermana yo sí te creo" de ellas y el "¡Violadores! Violadores!" de ellos.



En el otro polo (polo B) se sitúan quienes, careciendo de "fe", y por tanto transidos de dudas razonables (¿O es que no es razonable desconfiar de las orquestaciones mediáticas? Y sobre todo de la sospechosa unanimidad no sólo entre los medios sino de éstos con los poderes ejecutivo, legislativo, y ahora, además, judicial), pues esos, los intensos, los que se han procurado con tiempo información adicional a fin de contrastar los ruidosos titulares, esos mismos que son, sí, a qué negarlo,un tanto moscacojoneristas vocacionales.



Situarse en el polo A es cómodo, la "fe" viene dada y es una luz que te inunda sin sombra de sospecha, no hay nada que currarse, las cosas son como vienen dadas y cuando hay ruido es que el río lleva agua. Además que ellos y sobre todo ellas (ellas ni te cuento) se sienten como se sienten, (con ganas de hostiar para que no les hostien, tal vez,  porque ya se sabe que el que da primero da dos veces, y esto es una guerra preventiva) y sentir es lo que cuenta, sentir mucho, cuanto más sentimientos más certezas. El ruido de tripas acompasa al mediático y esto es una jaula de grillos, pero todos eligen estar donde más grillos haya porque ahí está la miga del mendrugo, seguramente.



Situarse en el polo B es muy incómodo: hay que buscar información, leerse tochos, contener las tripas, poner en cuarentena los impulsos y por si eso fuera poco hay que nadar contra corriente (y el río va cargadito, que no en balde suena atronadoramente) Exige además un último arrojo: asumir que te baneen o te manden a la zona hate en persona gente que hasta ayer te amaba, le daba like a tus gatitos o se tomaba un café contigo en el bar Manolo, y  lo mismo lo uno que lo otro ocurre, es sabido, aunque duela más lo del colega del barrio. Pero todo sea por encontrar la pulpa al tomate, porque cuate ahí hay tomate.



En fin, el agua y el aceite no hacen liga, además el agua es caudalosa y el aceite solo una gota en el océano. Los tiempos marcan la emocionalidad sin embridar y el raciocinio está out, knock out, abatido entre las cuerdas del ring, hostiado a tope.



Visto lo visto una se pregunta si no hará falta un poquito de nueva Ilustración o es que sobran iluminaos, sí, de esos del tipo me siento en el plató y largo fiesta pa facilitaros lo que tenéis que opinar, porque os quiero mogollón y lo hago por vuestro bien, que no se os puede dejar solos.



Mientras tanto una se sienta a la puerta no sabe si a ver pasar a su enemigo o a esperar a Godot pero en cualquier caso en vaso largo y con hielo.











SENTENCIADOS





El nazismo (ahora estoy leyendo sobre eso) desmontó el estado de derecho para instalar "tribunales del pueblo" es decir juicios sumarios, delitos de autor, etc. Pero eso sí, creó leyes ad hoc para que todo finalmente cuadrara como legal. ¿Cómo pudo suceder?, Nos preguntaremos. La propaganda y la agitación de masas fue tal que nadie opuso objeción, ni los partidos en la oposición ni los sindicatos ni gremio alguno, todos fueron cooptados o machacados. Cuando tanto se habla de memoria histórica de forma banal deberíamos refrescar la memoria de los errores del pasado para aprender algo valioso para el presente.



Un presente que asoma con muy mal cariz cuando turbas enfurecidas en las puertas de los tribunales dictan veredictos. Turbas azuzadas –asunto no menor–por los medios al unísono y con el conveniente anclaje en las instituciones del poder: en el parlamento, en el funcionariado de todo pelaje, en el ejecutivo y, claro está, también en la judicatura.



La cruz gamada pasó a la historia, de amargo recuerdo. Ahora ondean nuevas banderas, de un cierto color lila amoratado. Se disfrazan de salvadores pero vienen a por nosotros, no sólo a por ellos –los hombres– aunque por ellos hayan empezado, vienen también a por nosotras, sus compañeras, sus amigas, sus hijas o sus madres  y también a por ti, mujer lila, aunque creas que te están "salvando", para entonces ya no podrás apelar a sororidades, porque no quedará nadie, sino la fría burocracia a la que estás contribuyendo cuando pides cambios de leyes destinados a hacernos menos libres, más sujetos al poder, más y mejor dominados por él.



Una ley de consentimiento es lo que viene gestándose en estos dos últimos años de propaganda sin descanso, de agitación constante. Para que mujeres y hombres, cada vez más alejados y enfrentados, nos convirtamos todos en harapos en manos de las instituciones de poder y guiñoles de ellas.



Eso sí, todo, una vez desmontado el estado de derecho, volverá a ser legal pero con una legalidad nueva, diferente. Tan legal como lo es la ley feminista más veterana entre nosotros la Ley de Violencia de Género, 15 años  sin presunción de inocencia para el hombre que caiga bajo su rueda.



Se trataba entonces de penalizar las parejas estables, ahora se nos viene la siguiente vuelta de tuerca: prohibir (de facto) el sexo libre. Veréis que bien vamos a estar todos y todas, solos y solas y bajo permanente sospecha. ¡Qué triunfo para los que administran el poder y los negocios! Pero eso sí dirán –porque no dejáis de gritar pidiendo cadenas– que lo han pedido las masas en #manadas.









MIRAR EL CÉNTIMO




La cuenta suma 3,05. Le doy a la china un billete de 5 y cuatro céntimos que recaudo del fondo del monedero, así ella no tendrá que desprenderse de cambio y no me largará un puñado de chatarra.

-No, no –protesta– yo cambio.

Sonrío sorprendida y comento:

-Oriente es Oriente y Occidente, Occidente.

Ella devuelve, ampliada, la sonrisa y sentencia:

-Chi, chi, Oliente es Oliente y Ochidente, Ochidente, chi, chi.

Le devuelvo una moneda de 5 céntimos (de las que me ha dado) a modo de propina o, más bien,  para dejar claro que no quería robarle un céntimo y vuelve a protestar, aunque pronto la hace desaparecer en el cajón.

-Chi, chi, Oliente es Oliente y Ochidente, Ochidente, chi, chi. (Carcajada, de Fumanchú, me ha parecido)