Demandamos libertad de expresión aunque a menudo no nos concedemos a nosotros mismos la libertad de pensar lo que decimos. De este modo el uso que hacemos de esa “libertad de expresión” lejos de ser un sano ejercicio de la argumentación deviene en una escalada de insultos o desprecio hacia el otro. Con todo, eso no pasaría de ser una antiestética reacción si no fuera porque lo ominoso es creernos que esas invectivas nacen genuinas desde nosotros mismos, cuando sucede que, la mayoria de las veces, nos limitamos a repetir las consignas que nos son suministradas. Podríamos preguntar a Goebels o a Mcluhan, o a sus miles de discípulos en los medios o en las redes. Podríamos quizá preguntar a Girad y su teoría del impulso mimético, pero sobre todo deberíamos preguntarnos a nosotros mismos por qué desistimos tan frecuentemente de reflexionar.
La libertad no consiste en abrazar la doctrina adecuada sino en desasirse de todas ellas
domingo, 8 de julio de 2018
LIBERTAD DE EXPRESIÓN
Demandamos libertad de expresión aunque a menudo no nos concedemos a nosotros mismos la libertad de pensar lo que decimos. De este modo el uso que hacemos de esa “libertad de expresión” lejos de ser un sano ejercicio de la argumentación deviene en una escalada de insultos o desprecio hacia el otro. Con todo, eso no pasaría de ser una antiestética reacción si no fuera porque lo ominoso es creernos que esas invectivas nacen genuinas desde nosotros mismos, cuando sucede que, la mayoria de las veces, nos limitamos a repetir las consignas que nos son suministradas. Podríamos preguntar a Goebels o a Mcluhan, o a sus miles de discípulos en los medios o en las redes. Podríamos quizá preguntar a Girad y su teoría del impulso mimético, pero sobre todo deberíamos preguntarnos a nosotros mismos por qué desistimos tan frecuentemente de reflexionar.
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