La libertad no consiste en abrazar la doctrina adecuada sino en desasirse de todas ellas

jueves, 12 de julio de 2018

MULTAS POR PIROPEAR



Pues qué queréis que os diga, yo eso de piropear lo entiendo, y no porque me crea irresistible –que también– sino porque la contemplación de la belleza incita a la exclamación ¿o es que no has visto alguna vez un paisaje y has soltado eso de: ¡menudo par de montes bien puestos ahí en el horizonte!? o ¡Pedazo delta, pedazo delta, ay, madre! o ¡vaya cañon del Colorado!, cosas así, qué se yo. Somos humanos. Claro que si eres hombre, no. No que no seas humano sino que no puedes piropear. A un paisaje vale, a una mujer, no. Bueno, puedes pero te multan, que lo sepas. Si te gustan los deportes de riesgo tú verás pero de 700 pavos no baja la broma. Que digo yo que ¿cómo lo harán para multar? Muchos municipales patrullando las aceras ¿no? Ven a un obrero cavando una zanja y esperan para ver si suelta el pico, silba a la transeúnte, y entonces ¡zas! sacan tarjeta roja y pitan como un árbitro, boleto y 10% de rebaja si pagas en el acto. Sólo podrás si acabas de cobrar el mes y has pasado por el cajero. No quiero pensar cómo vas a pasar el resto del mes: 30 días sin un puto euro, ¡que más te hubiera valido clavarte el pico en el pie! así por lo menos te pillas una baja por accidente laboral. No mortal. Por esta vez. 











Que digo yo que si te multan por piropear te arriesgas a que te quiten el carnet de transeúnte, o por lo menos unos puntos. Y sin carnet ¿cómo vas a andar por la calle?, te vas a tener que alquilar una silla de ruedas, que es un vehículo, otra modalidad de tránsito, y hacer como que estás lisiado, como si te hubieras clavado el pico, igual, que más te hubiera valido clavártelo porque al menos te pillas una baja y te ahorras pagar el alquilar de la silla.  

Si eres mujer puedes piropear, que la ley te ampara, otra cosa es que lo hagas o no, eso va en decisiones personales, no nos vamos a inmiscuir. Algunas sienten la tentación (me lo han confesado en confianza) pero prefieren morderse la lengua (pocas se han envenenado, aunque es una estimación a ojo, no hay estadísticas al respecto). Se ve que con la lengua lesionada la libido se atenúa, no me preguntéis por qué, aunque lo parezca no lo sé todo al respecto.  

Ellas son más sujeto pasivo, no, no ese “sujeto pasivo” que suelta la tela para Hacienda, sino un sujeto que prefiere no tomar iniciativas, un sujeto más bien objeto, ese oscuro objeto de deseo, ya, ya, no siempre es oscuro, cierto, pero es que a ver si no váis a entender ahora una metáfora.  

A algunas no les gusta que las piropeen, y en gustos, oye, van los colores, a esas, no sé por qué, les gusta el lila, ellas sabrán. Otras en cambio cuando andan un poco bajas de moral se ponen ceñidas y con escote y se pasean a media mañana por una obra, así, como la que va a hacer un recado, pero a lo vamp de discoteca. Y todo es escuchar los piropos, oye, que vuelven a casa con la autoestima por las nubes ¡no veas si se ahorran en psicología positiva, coaching y hasta mildfunnes! que parece que no pero es un ahorro a lo largo de un año. 

En fin, que esto de los piropos es muy personal, pero político también, como todo. Y ya que es un tema tan transcendental aprovecho para pedir un estudio al respecto. Pero un estudio serio, de esos que hacen en universidades norteamericanas o en su defecto anglosajonas, que son serios y no como los latinos que somos unos desahogados y opinamos de todo ahí al tun tun. Yo he dado mi versión personal, muy bien intencionada, eso sí, que una quiere aportar su granito de arena a la sociedad, pero claro yo no he seguido un método científico y eso quieras que no debe notarse. Lo mejor es que creen un Observatorio Institucional del Piropo, entiendo que con un presupuesto bien dotado, que ya los sujetos pasivos si eso pagamos a pachas, ¿o se dice pagar a escote? Bueno, no me liéis, a partir de ahora cualquier consulta o información la dirigís al organismo regulador correspondiente, hacedme el favor, que van a dar las doce de la mañana y todavía tengo que decidir el escote que voy a llevar a la obra...a la...al supermercado.  


  





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