Esa gente que se vanagloria de la caída del muro de Berlín pero que lo resucita a conveniencia utilizando la etiqueta "marxismo cultural" para escamotear la realidad acerca de quién se beneficia con ese "marxismo cultural" y no es la extinta URSS, ni la moribunda Cuba. Cuando el "marxismo cultural" está en todas las televisiones sean de pago o gratuitas, en todas las escuelas estatales o concertadas, huele a dinero y carteras ministeriales, a altos vuelos de jet privado u oficial. Así que la crítica al feminismo desde la derecha es parcial cuando no tinta de calamar.
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